La videovigilancia en los lugares públicos es un tema polémico del que se habla mucho, y su expansión es cada vez mayor porque está muy relacionada con la lucha contra la delincuencia. Son miles las cámaras que vigilan nuestros movimientos cada día que pasamos por la calle. Hoteles, tiendas, restaurantes, bancos, etc. Estamos vigilados, pero es por nuestra seguridad.
Muchos piensan que se trata de un atentado contra el derecho a la intimidad, pero otros consideran que contribuyen a su seguridad. No siempre las cámaras preocupan a los que incumplen normas porque para muchos es una invasión de su privacidad. Pero siguen creciendo con el paso de los años. A finales del año, solo en España había más de 22.000 cámaras vigilancias registradas según datos de la AEDP. Y cada vez hay más.
¿Solamente Videovigilancia en lugares públicos?
Según los datos de la misma AEDP, el mayor incremento de los dispositivos de vigilancia no se produce en lugares públicos sino especialmente en caso de particulares. Las comunidades de vecinos y ciertos sectores como comercio, sanidad, hostelería y turismo optar por tener cámaras de seguridad como efecto disuasorio y de seguridad. Solo hay que cumplir los requisitos legales exigidos.
Los expertos indican que la videovigilancia es un riego porque muchas personas no quieren ver su cara en mil pantallas, por lo que además de señalizar los espacios donde se graba hay que borrar las imágenes en el plazo de un mes y no se debe vigilar más allá de los espacios autorizados. Pero esto no parece ser suficiente para muchos ciudadanos.
¿las cámaras de videovigilancia contribuyen a tu seguridad o son una invasión de tu intimidad?