La normativa actual obliga a todas las cocinas profesionales, como las que encontramos en bares, restaurantes u hoteles, ya que suponen un elevado riesgo de incendio ya que son espacios que aúnan elementos altamente inflamables (aceites, grasas, etc.) junto con elevadas temperaturas. Es por ello que disponen de dos focos principales que pueden originar un incendio como son las campanas extractoras o los fogones o lugares en los que se realiza la cocción de los alimentos.
Estos sistemas de extinción disponen de un sistema de activación automática cuando la temperatura supera los 93ºC, liberando un agente espumoso que refrigera y reduce la temperatura evitando que el fuego se reavive. Esta tipología de sistemas de extinción se aplica obligatoriamente en cocinas de más de 50KW y en cocinas públicas hospitalarias o residenciales, de más de 20KW.
Estos sistemas suelen utilizar agentes químicos especiales, como productos químicos húmedos o espumas, para sofocar el fuego. Están diseñados específicamente para tratar con incendios que involucran grasas y aceites de cocina, comunes en entornos de cocina comercial.
Estos sistemas están diseñados para activarse automáticamente en caso de un incendio detectado. Pueden estar conectados a detectores de humo, detectores de calor o sistemas de detección de llamas. Es crucial que cualquier sistema de extinción de incendios para cocinas sea instalado y mantenido por profesionales capacitados para garantizar su efectividad en caso de emergencia. Además, es importante capacitar al personal sobre cómo usar estos sistemas de seguridad de manera segura y efectiva.