La instalación de un extintor de incendios ha de realizarse de acuerdo la normativa vigente para este tipo de elementos de seguridad, que es el Real Decreto 1942/93, reglamento de instalaciones de protección contra incendios. El extintor ha de estar colocado a una altura accesible y bien visible, en una pared vertical sin que la parte superior supere los 1,7 metros y cerca de los puntos de evacuación (cerca de puntos donde hay más probabilidades de iniciarse un fuego).
La localización del extintor ha de estar correctamente señalizada por medio una señal rectangular o cuadrada ubicada en la pared encima del extintor con una señal en color rojo que ponga la palabra extintor o un dibujo de un extintor en el color blanco. El rojo debe ocupar siempre al menos el 50% de la señal.
Los extintores han de estar ubicados en lugares accesibles y visibles debido a la importancia de la rapidez en caso de un incendio, ya que uno pequeño puede ser grande en pocos minutos.
Se requiere un mantenimiento periódico del extintor para comprobar su correcto funcionamiento en caso de que se necesite recurrir a él.
El mantenimiento de extintores, lo han de hacer dos personas diferentes, el titular y el instalador especializado. El titular ha de hacer sus propias comprobaciones cada tres meses, asegurándose su accesibilidad, el estado de los precintos, seguros, inscripciones y mangueras; además de la carga del extintor y la botella de gas. Ha de comprobarse asimismo el correcto funcionamiento de los elementos mecánicos como válvulas, manguera o palanca.
El instalador autorizado ha de hacer las comprobaciones requeridas cada año, comprobando la carga y presión del extintor y el estado del agente extintor si son extintores de polvo con botellín de presión. Deben comprobar además la presión de impulso del agente extintor y el estado de las válvulas, manguera y seguros.
En cada mantenimiento se ha de cubrir y guardar un documento en que se acrediten las tareas realizadas y el resultado de las pruebas.