El sector de profesionales de seguridad anti-incendios hace tiempo que reivindica que se marque el periodo máximo de vida útil de los equipos electrónicos y mecánicos, ya que el funcionamiento de los equipos es limitado y deben ser sustituidos y reemplazados por otros cuando se supera este tiempo.
Al contrario que otro tipo de instalaciones, los sistemas de protección contra incendios se encuentran la mayor parte del tiempo inactivo, por lo que solo se puede verificar que funcionan bien cuando se realizan labores de mantenimiento o cuando se tiene que recurrir a ellos. Por eso mismo es tan necesario establecer unos períodos de vida útil.
Aunque ya existen equipos de protección contra incendios que ya están cumpliendo con el marcado del periodo de funcionamiento , tal como los extintores, que cuentan con una vida útil de 20 años desde que se fabrican, no sucede lo mismo con otro tipo de productos, tales como los sistemas de extinción con agua o los sistemas de protección contra incendios electrónicos.
Indicar que el periodo de vida útil debe determinarse desde el momento de la puesta en marcha del sistema, teniendo en cuenta diferentes parámetros de funcionamiento y desgaste, en base a las pruebas realizadas por organismos internacionales competentes.
Podemos referirnos a los ensayos HALT (Highly Acelerated Life Test) y HASS (Higly Accelerated Stress Screening), que valoran los puntos más vulnerables de materiales y sistemas que pueden tener posibles fallos en caso de encontrarse en los entornos climáticos en que normalmente operan. Así es que los ensayos de envejecimiento ambiental acelerado posibilitan a los ingenieros y equipos de trabajo encontrar los puntos débiles o fallos de los equipos para incorporar las mejoras oportunas con el fin de eliminar o reducir la incertidumbre sobre el correcto funcionamiento del producto.
Por todo lo antes expuesto, es necesario apostar por el control y la inspección de todos los equipos de seguridad contra incendios en la que se tenga en cuenta su vida útil. Esto hará que pueda mejorar su calidad, fiabilidad y eficacia garantizando así una mayor seguridad para bienes y personas.