Los incendios forestales
Sistemas de Seguridad y Sistemas contra Incendios forestales es un tema colateral, y todos tenemos que cooperar, para prevenir la carbonización de los bosques.
Como?
● Enseñando ma la población, mediante imágenes, el daño que causan los incendios forestales.
● Organizar las campañas de atención a la población en general, en la época veraneal
● Destacar que los incendios forestales se propagan, en un porcentaje alto, por negligencia
● ¿Sabías que se puede prender fuego con los rayos del sol y se puede producir un incendio fortestal ?
En época de sequía, cundo los el bosques están muy secos, los rayos del sol pueden proporcionar el calor suficiente para desatar un incendio.
La vida al sol
Energía, biología, comunicación, física, astronomía… A toda velocidad (300.000 km/s) llega la luz que nos da la vida. Y esto no es todo de lo que es capaz.
En el fondo de ciertas cuevas, en determinados momentos del año, el espeleólogo se encuentra galerías cubiertas con altas praderas de césped blanco. Ha nacido de semillas arrastradas por las riadas del deshielo que germinan en la arena húmeda, muy lejos de la boca de cueva más cercana, en la absoluta, densa y permanente oscuridad. En esa negrura tan pastosa crecen briznas de hierba blanca, pues la clorofila no puede formarse en ausencia de luz. Las hojas se elevan y estiran, intentando infructuosamente llegar hasta la claridad. Y cuando los recursos de la semilla se agotan, mueren, a igual altura, formando espectrales céspedes albinos.
¿Por que es importante la luz en la vida?
La luz es tan necesaria para la vida, que es para nosotros símbolo de todo lo que es verdad, belleza, sabiduría y bien. La divinidad y la santidad siempre aparecen bañadas en luz. Su ausencia, la sombra, mata.
Desde los griegos sabemos que la luz viaja en línea recta, que es rapidísima (y además, es lo único constante en el Universo y está en movimiento permanente). Sabemos que se descompone en colores, y que los objetos que hay en el mundo absorben algunos de estos colores y reflejan otros, lo cual nos dice muchas cosas sobre ellos. Sabemos que hay materiales que la reflejan por completo, que su curso se tuerce bruscamente cuando atraviesa la frontera entre dos medios transparentes y que hay materiales que no pueden ser atravesados. Sabemos una cosa más, que proviene (casi en su totalidad) del Sol, la Luna o de cuerpos incandescentes.
Un hermoso truco
Todos los átomos de nuestro cuerpo tienen su origen en estrellas que estallaron; sólo el corazón nuclear de un sol puede crear los elementos que nos componen. De la misma forma, toda nuestra energía, la que mueve a los animales y hace vivir a las plantas, tiene como origen la luz solar. Con muy escasas excepciones, en la base de todos los ecosistemas terrestres está la luz del Sol; toda se mueve por medio de la conversión de energía química almacenada en moléculas orgánicas. Y las plantas, que han aprendido el truco de transformar la luz en bioenergía, son su única fuente. Mediante una molécula que se llama clorofila, las plantas capturan luz y fabrican azúcares ricos en energía química. A partir de ellos crecen y se reproducen. Los animales, los hongos y muchos tipos de bacterias nos limitamos a devorar los azúcares cargados de energía que necesitamos; bien comiendo directamente plantas, bien zampándonos a quienes se alimentan de plantas.
¿Se podria vivir sin el sol?
De modo que, sin el Sol, no existiría la mayoría de la vida en la Tierra tal y como la conocemos hoy. De hecho, no habría ni siquiera Tierra, tal y como la conocemos… Químicamente, el truco de la vida es hermoso: la clorofila es un pigmento muy especial capaz de absorber una gran cantidad de la energía de la luz; con ella “carga” las moléculas que dan energía a la célula, y para ello absorbe dióxido de carbono de la atmósfera (transforma carbono inorgánico en orgánico) y libera oxígeno. Este fabuloso proceso que, hoy por hoy, los humanos somos incapaces de imitar es el responsable de la atmósfera que nos abriga; sin las plantas, nuestra atmósfera sería como la de Venus, o la de Titán: una mezcla de gases incapaces de mantener la vida.
En el mar, la principal división es vertical, entre la zona donde entra la luz y hay plantas (zona fótica) y la zona en permanente negrura (zona afótica). La frontera está entre los 100 y los 200 metros, y divide una capa rica y otra que vive de las sobras. En la superior hay producción vegetal, y por tanto una pirámide ecológica. La zona afótica alimenta sus ecosistemas de los desechos procedentes de arriba: cadáveres (grandes y pequeños), briznas desprendidas, incursiones hacia arriba, a pescar...
Esas son las únicas entradas de energía en la permanente noche del fondo marino; la única comida disponible en el fondo oscuro. Pero, además de darnos de comer, la luz ejerce una poderosa influencia en todos los seres vivos, por medio de un fenómeno más sutil: el tiempo. El ciclo diurno de luz/oscuridad causado por la rotación de la Tierra, y el menos perceptible cambio en la longitud del día a lo largo de la traslación alrededor del Sol, son las señales que indican a animales y plantas el paso del tiempo. Indican los ciclos de la vida.