Las puertas antiocupas son una solución eficaz para proteger la propiedad de una vivienda o edificio de posibles ocupaciones ilegales. Estas puertas son diseñadas específicamente para resistir la fuerza y la intrusión, y pueden ser instaladas tanto en la entrada principal como en las puertas de acceso secundarias de una propiedad.
Existen diferentes opciones de puertas antiocupas disponibles en el mercado, y pueden ser adquiridas tanto en venta como en alquiler. A continuación, se presentan algunas de las opciones más comunes:
Puertas antiocupas de acero: son una opción popular debido a su durabilidad y resistencia. Estas puertas suelen estar hechas de acero macizo o de chapa de acero y cuentan con cerraduras y pernos de alta seguridad. También pueden ser reforzadas con barras de acero o rejas.
Puertas antiocupas de aluminio: son otra opción popular debido a su durabilidad y bajo peso. Aunque no son tan resistentes como las puertas de acero, son más fáciles de instalar y pueden ser personalizadas con diferentes acabados.
Puertas antiocupas de madera: son una opción tradicional y estilizada, pero menos resistente que las puertas de acero o aluminio. Se recomienda reforzar estas puertas con barras de acero o rejas para aumentar su seguridad.
Además de las opciones mencionadas, también existen puertas antiocupas de vidrio y puertas antiocupas con sistemas de seguridad electrónica, como cámaras de vigilancia y sistemas de alarma integrados.
Es importante tener en cuenta que instalar una puerta antiocupa es solo una medida de seguridad adicional y no garantiza completamente la protección de una propiedad contra ocupaciones ilegales. Es recomendable utilizar una combinación de medidas de seguridad, como sistemas de alarma y cámaras de vigilancia, y mantener la propiedad bien iluminada y bien cuidada para disuadir a posibles intrusos.
En cuanto al coste de adquirir una puerta antiocupa, este puede variar ampliamente dependiendo del tipo de puerta y de los sistemas de seguridad adicionales que se elijan. En general, las puertas antiocupas de acero o aluminio suelen ser más caras que las de madera.