La Manta Ignífuga
¿Qué es?
Una manta ignífuga, o manta antiincendios, consiste un dispositivo de seguridad que ha sido diseñado para extinguir incendios pequeños o incipientes. Se trata de una lámina realizada en material ignífugo que se coloca sobre el fuego para sofocarlo impidiendo la llegada de oxígeno.
Los tipos de Mantas Ignífugas
Hay las mantas pequeñas, como las que se usan en entornos domésticos y cocinas, realizadas en fibra de vidrio. Se encuentran plegadas dentro de una bolsa de liberación rápida para favorecer su almacenamiento.
Las mantas grandes, preparadas para utilizar en situaciones de laboratorio e industriales. Generalmente están hechas de lana (a veces se trata con un líquido retardante de la llama). Se suelen montar en cabinas verticales de liberación rápida para ser fácilmente retiradas y envueltas alrededor de una persona con la ropa en llamas.
También nos podemos encontrar con mantas especiales, listas para ser usadas por soldadores profesionales y que soportan hasta 1600º C.
Ciertas mantas contra incendios más antiguas se realizaban con tejido de fibras de amianto, aunque no cumplen con la clasificación NFPA (Asociación Nacional de Protección contra Incendios, National Fire Protection Association). El amianto es peligroso y tiene potenciales riesgos para la salud por la inhalación de las finas fibras que lo componen.
Las mantas más recientes se realizan 100% algodón. Se tratan con un producto inhibidor de llama denominado Hartindo AF21 y que es ambientalmente seguro.
¿Cómo se usa la manta ignífuga?
La manta ignífuga debe poder rodear completamente un objeto en llamas o ser colocada sobre él tapando al máximo la superficie que arde. La función de la manta es cortar el suministro de oxígeno al fuego para ponerle fin así.
Al usar una manta ignífuga, se recomienda proteger las manos. La manta se doble alrededor de las manos para protegerse del calor, mientras que se aplica alrededor del fuego.