La instalación de los detectores de presencia y acceso permite avisar al usuario sobre cualquier cosa que podría suceder en la zona de aparcamiento
La domótica más habitual de la puerta del garaje son la apertura y el cierre de puertas, pero cuenta con otros mecanismos que incrementan la calidad de vida y seguridad del usuario.
La puerta de garaje podría ser del tipo persiana enrollable o abatible, en este tipo de puertas el sistema de automatización se maneja completamente con un método domótico. Así, con un mando de radiofrecuencia común se puede activar a distancia la puerta para abrir o cerrar. Una de las principales ventajas de este tipo de puertas es que en todo momento se puede controlar el tiempo de bajada de la puerta, de forma que si la fotocélula instalada se topa cualquier obstáculo, la puerta se detiene completamente y retrocede. Una vez que se quita el obstáculo, la puerta vuelve a bajar.
El sistema reconoce el estado de la puerta durante todo el proceso de movimiento. Las personas que buscan el sistema de aplicaciones domóticas en las puertas de garaje se encuentran interesadas sobretodo en su calidad de vida y seguridad. La zona del garaje se ha convertido en los últimos años en una zona que precisa especial seguridad. Ya hay gran variedad de ofertas de productos que sirven controlar y vigilar cualquier lugar de la casa.
Podemos encontrar detectores de presencia y acceso, con cámaras de vigilancia para poder ver en todo momento qué sucede en esa zona. Una puerta automática nueva puede costar más que una normal, aunque también se puede adaptar una sin muchas obras. Los precios de adquisición de motores suelen incluir su instalación.
No hace falta más que poner un bastidor en el marco y un sistema de automatización para que funcione accionando un botón. Con ello también se reducen robos.
Puertas inteligentes: mayor seguridad
Los mandos de las puertas automatizadas usan un sistema de códigos para ordenar abrir. El problema es que se pueden burlar fácilmente los códigos, aunque ya hay mandos con mecanismos inteligentes que modifican los códigos automáticamente cada vez que se cierra la puerta.
Otro mecanismo de seguridad son los candados electrónicos, que posibilitan al último usuario que entre en el garaje activar, con un botón instalado dentro de la casa, un cierre eléctrico que cuesta sortear desde fuera. También nos encontramos con complementos a la venta para portones, como el kit infrarrojo, que se conecta al motor. Es un haz de luz “invisible” que recorre de una punta a otra la puerta: si detecta movimiento, se encarga de bloquear la cerradura, para evitar daños en el vehículo.