En el mercado actual hay tal variedad de cámaras de seguridad que muchas veces resulta difícil decidirse por una u otra. Desde cámaras que operan de forma local para verse solo en la misma instalación, o en red para poder verse desde cualquier punto del planeta, desde tu teléfono, tablet u ordenador.
Asimismo podemos encontrar cámaras a color o en blanco y negro, con infrarrojos, inalámbricas o por cable, con visión nocturna o no, etc. Es tanta la variedad en este campo que en cada instalación se puede cubrir con unos elementos específicos según las necesidades.
La elección de una buena cámara de seguridad pasa por ver sus características, el tipo del modelo, la marca y el prestigio de la misma y la forma en que se adapta al exterior o al interior. Se pueden clasificar básicamente en los grupos que describimos más abajo.
Cámaras WiFi o inalámbricas
Este género de cámaras se diferencian no sólo por operar sin necesidad de pasar ningún cableado hasta ellas sino también por su sensibilidad de detectar todo tipo de movimientos. Son las más utilizadas en pequeños locales o negocios por ser muy cómodas de instalar. Se conectan fácilmente a la red WiFi
Cámaras con infrarrojos
Las que incorporan infrarrojos trabajan normalmente en condiciones nocturnas. Por medio de sensores incorporados en su interior ven lo que pasa en la zona donde se ubican.
Utilizan de forma estándar las luces LED para mejorar la calidad de la imagen en las condiciones más precarias.
Cámaras IP
Concebidas para soportar varios protocolos de red. Una cámara IP es una cámara que tiene un servidor de web incorporado con una dirección IP propia, que puede conectarse a su red de ordenadores. Ideal para vigilar habitaciones o personas a distancia (desde cada ordenador con conexión internet).