Las cámaras de seguridad en las ciudades pueden ser una buena idea para combatir la delincuencia, pero no han de traspasar los límites éticos, tales como derechos de la privacidad y la libertad ciudadana. Se han podido instalar con relativo éxito con fines de vigilancia en algunas de las ciudades más importantes del mundo. Teniendo en cuenta un informe de la Flacso del 2008 podemos conocer cómo era la situación de algunas cámaras de seguridad en Londres y Nueva York.
En Londres hay más de 10 mil cámaras de CCTV en los 32 distritos que componen la ciudad. Un estudio hecho por los grupos liberales-demócratas demuestra que no hay relación entre el número de cámaras y la posible efectividad para prevenir delitos. En distrito de Hackney, con 1484 siendo el mayor distrito por número de cámaras, se ha detenido el delito en un 22%; en los distritos con alrededor 770 cámaras se ha detenido el delito en un 21%; y, en los distritos con menos de 100 cámaras, se ha reducido en un total de 20%, con porcentajes similares aunque superiores en cámaras.
Según cifras de la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, hay 4.200 cámaras públicas y privadas en Manhattan, y se espera conseguir una red de 3.000 más en el sector de finanzas de la ciudad. La policía de Nueva York dice que las comunidades con videovigilancia se muestran más seguras y a gusto habiendo cámaras.
El sitios como Nueva York la eficiencia de las cámaras tiene más que ver con la integración de las comunidades que con la cantidad que haya. No se sienten tan vigilados porque las cámaras vigilan la delincuencia.
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