Las cámaras de seguridad en la ciudad pueden ser muy buenas para evitar la delincuencia siempre que no se rebasen ciertos límites éticos como la libertad de los ciudadanos y los derechos de privacidad. Ya se han instalado sistemas de vigilancia en algunas de las ciudades más importantes con relativo éxito y teniendo en cuenta las limitaciones que se deben aplicar. Un informe de Flacso informaba de la situación de cámaras de seguridad en Nueva York y Londres en el 2012.
En Londres hay 10.524 cámaras de CCTV en sus 32 distritos. Un estudio promocionado por los grupos liberales-demócratas indica que no hay una relación entre el número de cámaras y su efectividad en la prevención de delitos. En el distrito con mayor cantidad de cámaras, Hackney (donde hay 1.484), se ha detenido el delito en un 22%; en los distritos con un promedio de 770 cámaras se ha conseguido en 21%; y, en los distritos con menos de 100 cámaras, los delitos se han reducido en un 20%. Las cámaras previenen delitos, pero esto no depende de su cantidad.
En base a la Unión de Libertades Civiles de Nueva York, hay 4.200 cámaras públicas y privadas en Manhattan, y se espera obtener una red de 3.000 más en el sector financiero. La policía de Nueva York afirma que las comunidades con video vigilancia se sienten más seguras y a gusto contando con cámaras.
Otras cosmopolitas no tienen la misma perspectiva. La eficiencia de las cámaras de seguridad en las ciudades se relaciona más con la integración que consiguen en las ciudades donde se instalan los dispositivos antes que con el número de cámaras. En Nueva York se sienten seguros porque consideran que las cámaras vigilan a los delincuentes y no a los habitantes.