Aunque las cámaras con resolución HDTV y megapíxel aportan beneficios interesantes, hay algunas áreas de aplicación en que las cámaras de resolución estándar son la mejor decisión. Llamamos resolución estándar a una resolución VGA (de 640x480 píxeles), la cual en muchos casos es más que suficiente para conseguir los objetivos de la videovigilancia. En la actualidad, han llegado al mercado cámaras de red SVGA que proporcionan una resolución más elevada (800x600 píxeles), aunque no llegan a dar imágenes con megapíxeles.
¿En qué circunstancias las cámaras con resolución estándar pueden ser la mejor opción?
Gracias a que hay muchas cámaras con resolución estándar en el mercado, es más sencillo que nunca dar con una solución para la mayoría de aplicaciones. Las cámaras con zoom óptico potente suelen ser las más utilizadas en la mayoría de situaciones de supervisión. En casos de escenas en que las condiciones de iluminación son difíciles, hay cámaras de resolución estándar con alcance amplio y dinámico y sensibilidad lumínica extrema que dan una utilidad de imagen mayor que la que se conseguiría con las cámaras de red con resolución megapíxel o HDTV en esas mismas circunstancias.
Ciertas cámaras llegan a una frecuencia de imagen mayor a 25/30 imágenes por segundo, lo habitual, siendo ideales para capturar objetos con una alta rapidez de movimiento.
Además, si se trata de optimizar la instalación de videovigilancia, hay que tener en cuenta todo el sistema y no preocuparse solo por las cámaras. En muchas ocasiones, el software de gestión de red, los requisitos de almacenamiento de vídeo o la capacidad de la red limitan la velocidad de imagen y resolución, por lo qe las cámaras de resolución estándar pueden llegar a ser la mejor y más rentable solución.